La abstención colombiana

Ha habido un estruendo mediático con la noticia del triunfo del NO en el referéndum convocado por el gobierno de J.M.Santos. Y es explicable porque las encuestas, todas, daban ganador al SI que rubricaría los acuerdos firmados en La Habana-por cierto, porque será que los Estadounidenses se aferran a Havana?- con los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) avalados por el régimen cubano.
El revuelo causado por esa victoria y sus consecuencias, tanto para los acuerdos firmados, como para el cuadro de la política interna de Colombia, y sus nueva correlación de fuerzas, ha opacado la magnitud de la abstención -casi el 65%- que rebasó todos los cálculos.
Pareciera que se agota la formula tradicional de la política colombiana. Ya la separación de Uribe del liberalismo trajo una primera ola de cambios en la expresión del común de los electores. Ahora, esa descomunal abstención, en un momento de inflexión política presagia el cansancio de la mayoría ante la oferta política actual. Recuerda lo sucedido en Venezuela a finales de los 90's cuando, agotados los partidos históricos -ahogados en añejas políticas económicas, sus líderes manchados por la corrupción-, comienza el electorado venezolano a buscar nuevas respuestas, nuevos actores, que provocó la catástrofe electoral de 1998.
Porque no votar por el NO? Con claridad y valentía. Para así alejar la posibilidad de la impunidad infame. Mas pesó en las conciencias de la abstención el reclamo silencioso a unos políticos de oficio que han perdido vigencia. Tanto a nivel nacional como local.
No fue una elección presidencial. Tampoco del Congreso. Se trataba de un rumbo en la historia colombiana. Una dirección hacia el futuro de las nuevas generaciones, ávidas de respuestas a interrogantes universales. Los "milenials" del mundo anglosajón existen también en Colombia. Son la generación de las terribles encrucijadas de la guerra o la paz, de la naturaleza sustentable o la destrucción irracional, de la equidad o la injusticia superlativa -un 2% de los humanos posee el 60% de la riqueza mundial-, donde una empresa tecnológica controla la información suya o mía.
La lección del referéndum en Colombia, este pasado domingo, solo reitera la urgente necesidad de cambiar los actores políticos y su mensaje acomodaticio e intrascendente. O feroz y elemental, como un Trump en el norte o un  musulmán fanatizado de Isis en tierras ancestrales de Irak. Ambos dignos de figurar en los relatos bíblicos del Apocalipsis.
La abstención en Colombia será un presagio de los nuevos tiempos en la conducción política? La búsqueda de un mensaje, coherente y creíble, sobre las posibilidades de progreso y bienestar de los marginados del desarrollo.
El planeta se debate entre continuar la senda de su autodestrucción o la de rectificación enorme, grandiosa, de cambiarnos desde dentro.

Aricagua, Isla de Margarita
5 de Octubre de 2016.

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