Matan a un mecánico en la calle Monagas de Los Cocos
Un muerto y un herido fue el resultado de una fuerte balacera en la calle Monagas del sector Los Cocos de Porlamar.
A eso de las cinco de la tarde, María González escuchó varias detonaciones y vio pasar un carro a toda velocidad. Al salir de su casa, encontró un cuerpo ensangrentado que yacía en el pavimento, mientras otro joven a su lado gritaba: “no me dejen morir”.El joven fallecido fue identificado como Víctor Luis Velásquez Fernández, de 26 años, quien aparentemente se encontraba con Simón Maneiro, de 23, arreglando un carro en un electroauto de la referida calle.
Se conoció que un vehículo azul tipo sedan se paró justo en frente del taller. Dos sujetos se bajaron desenfundando armas de fuego y le propinaron una ráfaga de disparos a los jóvenes.
Maneiro, quien aparentemente estaba armado, respondió a los tiros, pero Velásquez quedó en medio de la balacera.El carro y sus ocupantes salieron a toda velocidad de lugar.
Inmediatamente un vecino del sector llevó a Maneiro en una moto hasta la sala de emergencia del hospital Luis Ortega, donde le apreciaron un disparo en el pecho y otro en el intercostal izquierdo.
“Ese muerto pertenecía a la banda de Simón Maneiro y los asesinos tenían una ‘culebra’ con él, por eso lo mataron”, decían los curiosos que se acercaban al sitio del suceso.
Señalaron que la organización delictiva mantiene bajo azote a esta comunidad porlamarense. Al lugar se presentaron comisiones de Polimariño y del Instituto Neoespartano de Policía (Inepol), las cuales acordonaron la escena del crimen.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la subdelegación de Porlamar, efectuaron el levantamiento del cadáver y recolectaron varios casquillos de balas percutidos.
Licet Betancourt, tía de la víctima, reconoció a Velásquez. Entre el llanto y la desesperación, indicó que su sobrino residía en el sector Villa Rosa del municipio García y se desempeñaba como mecánico de forma eventual.
Menores
En el lugar de los hechos se contabilizaban al menos 25 menores de edad, quienes presenciaban cómo los funcionarios policiales realizaban su trabajo.
A pesar de ello, ningún representante de Consejo Municipal de Protección al Niño, Niña y Adolescente se hallaba en el sitio para evitar que los pequeños observaran este tipo de escenas. JKG
A eso de las cinco de la tarde, María González escuchó varias detonaciones y vio pasar un carro a toda velocidad. Al salir de su casa, encontró un cuerpo ensangrentado que yacía en el pavimento, mientras otro joven a su lado gritaba: “no me dejen morir”.El joven fallecido fue identificado como Víctor Luis Velásquez Fernández, de 26 años, quien aparentemente se encontraba con Simón Maneiro, de 23, arreglando un carro en un electroauto de la referida calle.
Se conoció que un vehículo azul tipo sedan se paró justo en frente del taller. Dos sujetos se bajaron desenfundando armas de fuego y le propinaron una ráfaga de disparos a los jóvenes.
Maneiro, quien aparentemente estaba armado, respondió a los tiros, pero Velásquez quedó en medio de la balacera.El carro y sus ocupantes salieron a toda velocidad de lugar.
Inmediatamente un vecino del sector llevó a Maneiro en una moto hasta la sala de emergencia del hospital Luis Ortega, donde le apreciaron un disparo en el pecho y otro en el intercostal izquierdo.
“Ese muerto pertenecía a la banda de Simón Maneiro y los asesinos tenían una ‘culebra’ con él, por eso lo mataron”, decían los curiosos que se acercaban al sitio del suceso.
Señalaron que la organización delictiva mantiene bajo azote a esta comunidad porlamarense. Al lugar se presentaron comisiones de Polimariño y del Instituto Neoespartano de Policía (Inepol), las cuales acordonaron la escena del crimen.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la subdelegación de Porlamar, efectuaron el levantamiento del cadáver y recolectaron varios casquillos de balas percutidos.
Licet Betancourt, tía de la víctima, reconoció a Velásquez. Entre el llanto y la desesperación, indicó que su sobrino residía en el sector Villa Rosa del municipio García y se desempeñaba como mecánico de forma eventual.
Menores
En el lugar de los hechos se contabilizaban al menos 25 menores de edad, quienes presenciaban cómo los funcionarios policiales realizaban su trabajo.
A pesar de ello, ningún representante de Consejo Municipal de Protección al Niño, Niña y Adolescente se hallaba en el sitio para evitar que los pequeños observaran este tipo de escenas. JKG
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