Figura de la oposición al chavismo -que se lo devolvió expropiando el año pasado ilegalmente la empresa familiar-, Maria Corina Machado, que es la diputada que más votos recibió en las últimas elecciones parlamentarias en Venezuela, estuvo en España para participar en el Campus de la Fundación Faes. Allí abordó con LA GACETA la situación de Venezuela tres meses después de la discutida victoria de Nicolás Maduro y de las consecuencias de la política venezolana en el continente latinoamericano.
-Mucho de lo que está pasando hoy en Cuba y en otras partes de América Latina tiene su germen en Venezuela. Imagine lo que pasaría si América Latina se encaminase por una vía democrática; esa es la pregunta que nos tenemos que hacer.
-¿Cuál es su respuesta?
-Que si eso no ocurre y por el contrario, la neo dictadura que hay en Venezuela se afianza, con su clara perspectiva expansionista, el resultado será un continente mucho más inestable.
-¿Cómo?
-Con penetración, por ejemplo, de actividades vinculadas al crimen organizado.
-¿Se puede afianzar el régimen?
-Puede pasar cualquier cosa. Ahora bien, hay una realidad: el pasado 14 de abril, demostramos al mundo que somos mayoría los que queremos vivir en democracia y en libertad. Y a pesar del miedo, del chantaje y del abuso de poder, los venezolanos reaccionamos con enorme vocación democrática. Sin embargo, el 14 de abril, no solamente se nos robó la soberanía popular, sino que los Gobiernos democráticos de América Latina nos han dado la espalda.
-Usted está de lleno en la actualidad: van a ser investigados, de forma oficial, unos supuestos “planes golpistas” en los que usted habría participado. ¿Qué pasó?
-Pasó que todo lo que representa una amenaza de disidencia, venga de los estudiantes, de los sindicatos, de la Iglesia, o de algún ciudadano -en este caso, una diputada- que no bajamos la cabeza y que estamos dispuestos a defender nuestras convicciones de frente, buscan y tratan de destruirlo.
-¿Reconoce la conversación?
-¡Claro! Lo hice inmediatamente. Imagine usted que se reúne con una profesora universitaria, con una familiar o con un cura, conversa dos horas en la biblioteca de su casa, un profesor y a las tres semanas aparecen esas dos horas editadas en seis minutos...
-¿Espionaje puro y duro?
-Peor que eso. ¿Vio la película La vida de los otros?
-Si.
-Pues se trata de lo mismo: la evidencia de la naturaleza del régimen. Que quede claro: no es un régimen autoritario, es totalitario.
-¿Cuál es la diferencia?
-Revel la desgrana en su prólogo al libro Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu: el autoritarismo se conforma con controlar tu comportamiento público; el totalitarismo quiere más.
-¿El qué?
-El ministro de Información y Comunicación y el alcalde de Caracas dieron a conocer este video adulterado el mismo día que se publicó. Cinismo total. Además de totalitario, es un Gobierno ilegal, ilegítimo e incompetente.
-¿Acabará Maduro su mandato en este escenario?
-Dependerá de la fuerza de los sectores democráticos para hacer realidad lo que ya sabemos: que somos mayoría los que nos opusimos a Maduro y votamos por Henrique Capriles.
-¿La calle es lo suficientemente fuerte como para derrocar a Maduro?
-Es nuestro desafío. Lo que está claro es que en Venezuela hoy no hay democracia. Hemos optado por acudir a todas las rutas institucionales, tanto los procesos electorales como las impugnaciones judiciales. No basta con ser mayoría ni con ganar elecciones.
-¿Qué es lo que falta?
-Acompañar esta lucha con protestas en la calle y con presión a nivel de la opinión pública.
-Da la impresión de que Capriles es indeciso. Un pasito para adelante y dos para atrás.
-Henrique ha sido muy firme en sus posiciones. Dijo claramente que nos habían robado las elecciones y añadió que si se hacía una auditoría en los términos que el país demanda -es decir, que permitan una verificación global- y que de esta saliese que perdió por un voto, reconocería su derrota.
-Pero hay matices y estilos en los liderazgos.
-Por eso defiendo que la unidad no es uniformidad. Tenemos distintos criterios pero un objetivo común.
-¿Está diciendo que podría surgir otro líder?
-No. Digo que lo que nos guía es la unidad. Y que Capriles fue el que resultó electo en las primarias y en las elecciones. Es el presidente electo de Venezuela y reconocemos su legitimidad y su liderazgo.
-De momento, el que gobierna es Maduro. ¿Puede su rivalidad con Diosdado Cabello, el presidente del Parlamento, llevarse por delante el régimen?
-Más que eso: en el régimen hay gran diversidad de facciones, algunas de ellas dependientes del castrocomunismo; otras, muy vinculadas al crimen organizado y al narcotráfico. Y también hay grupos más respetuosos de las instituciones. La desgracia es que Chávez controlaba todos estos hilos diversos y se encargó de que nadie surgiera para poder controlar todo el poder. Ante su ausencia, se ha convertido en una anarquía. Se pelean por un botín.
-¿Qué contiene ese botín?
-Venezuela.
-¿Tan grave es la rivalidad entre ambos como para hacer saltar todo el entramado?
-Lo voy a definir con un término de ingeniería: se trata de un equilibrio inestable. Se necesitan mutuamente pero se detestan a muerte. Es una muestra de la descomposición moral que ha operado en Venezuela. Pero no la única.
-¿Cuáles son las otras?
-Por ejemplo, ¿cómo es que un país cuyo petróleo Chávez recibió a 8 dólares el barril y ahora está en 108 pueden haber destruido Venezuela hasta el extremo que hemos pasado de una deuda de 30.000 millones de dólares a una de 200.000 millones? No cabe en ninguna cabeza. Por no hablar de los hospitales y de las carreteras que se caen, del papel higiénico que falta, de la luz que se va...
-La inflación es galopante y empieza a haber problemas de desabastecimiento a diario.
-Llevamos así desde hace meses. Hemos alcanzado unos niveles de desabastecimiento que no veíamos desde el año 2005. Mayo de 2013 fue el segundo mes de mayor inflación en la historia de Venezuela. Los alimentos han aumentado un 10% en un mes. Mientras, el ingreso real está en caída libre. Es insostenible.
-¿Repercute a nivel internacional?
-El chantaje del chavismo a nivel internacional se ve muy comprometido: todos los países con quienes están haciendo grandes negocios -para regalar el petróleo venezolano, compra de favores políticos, compra de buques...- empiezan a tener dudas debido al enorme problema de liquidez que hay. De hay que su poder de chantaje se haya debilitado porque son ilegítimos en su desempeño y en su origen. Están violando los derechos humanos de una manera brutal, persiguen a los medios, criminalizan las protestas y asfixian a las universidades...
-¿Percibe usted más hartazgo por parte de la población que antes de las elecciones?
-Sin duda. Pero también mucho miedo. Después del 14 de abril, Maduro y Cabello, en vez de reconocer sus faltas y adoptar una actitud conciliadora, han arremetido con más fuerza. Hace pocos días, iniciaron una redada en los ministerios y empresas públicas para ver quien había votado en contra de Maduro. Al miedo se le añade indignación.
-¿Cómo se resuelve el dilema entre ambos?
-Con liderazgo. Demostrando a los venezolanos que el país tiene una alternativa unida, viable, con una visión social y con una ruta de transformación democrática.
-¿Se ponen algún calendario?
-Mañana, pasado, todos los días. Como no hay democracia, la lucha ha de ser diaria.
-¿No se puede fijar algún plazo?
-No. La principal lección que hemos aprendido después del 14 de abril es que no basta con ser mayoría ni con ganar elecciones. La lucha electoral tiene que ir acompañada de una lucha de calle.
-¿Hay que organizar entonces más manifestaciones y más grandes?
-No solo. También dar una orientación política a la efervescencia social que hay en Venezuela.
-Fuera de Venezuela, Maduro sigue refiriéndose a Estados Unidos como el “imperio”. Pero ha hecho algunos gestos de apertura en los últimos días. ¿Se los cree?
-Cada vez que está débil, llama al diálogo. ¿Que quiere dialogar? Pues reconocimiento mutuo y agenda mutua. Maduro no está dispuesto a hacer eso.
-Pero el petróleo entre ambos países sigue fluyendo.
-Claro. Pero los temas esenciales para Estados Unidos son la lucha contra la droga, el respeto a las inversiones y los derechos humanos. ¿Hay disposición por parte del Gobierno venezolano para avanzar en esas áreas? Después de 15 años, vemos lo que han hecho.
-¿Por ejemplo?
-Venezuela se ha convertido en el principal puente de tráfico de drogas hacia Europa y está incrementándose hacia Estados Unidos. No se puede investigar: las propias instituciones venezolanas son parte del negocio.
-Para negocio, el que Venezuela tiene con Cuba. ¿Cuál de los dos países depende más del otro?
-Para los de mi generación, es una humillación ver, por primera vez en más de 200 años de historia, nuestro destino se decide en La Habana. Es la entrega de la soberanía nacional financiada por los recursos venezolanos. Imagine que Francia controlase en España el sistema de identificación, las notarías y los registros.
-Es decir que si Capriles asume el poder, seguiría estando en manos de La Habana.
-No. Con Capriles en el poder, Venezuela recuperaría su soberanía y se convertiría en un factor de estabilidad regional. Nosotros hemos entendido siempre -porque nunca ha sido una iniciativa chavista- la importancia de la cooperación internacional como producto del potencial petrolero de Venezuela. Pero en términos de respeto mutuo: nunca a cambio de sumisión política, como hoy se exige a otros países.
-Cuando murió Chávez, L A GACETA publicó una noticia, que nadie ha desmentido, según la cuál dejó una fortuna personal estimada en 2.000 millones de dólares. ¿Sabe algo más al respecto?
-No tengo información por lo que no voy a especular. Lo que sí que digo es que Chávez ha presidido los gobiernos más corruptos de la historia de Venezuela.
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