Declaraciones de Maria Corina Machado
(El
Pais). La diputada María Corina Machado no está dispuesta a que en
América Latina se olviden las denuncias de la oposición venezolana sobre
el triunfo fraudulento del candidato del oficialismo chavista, Nicolás
Maduro, en las elecciones presidenciales de su país el pasado 14 de
abril. En este empeño por remover la conciencia de los Gobiernos de la
región que han callado ante las supuestas irregularidades contra las que
clama el partido del líder opositor, Henrique Capriles, varios de sus
miembros están recorriendo el continente para insistir en la falta de
legitimidad del actual presidente de Venezuela. En el ejercicio de esta
“diplomacia parlamentaria”, como se ha bautizado a esta misión, Machado
se ha reunido a comienzos de esta semana en Washington con la
subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, y con
miembros del Congreso de EE UU para recabar su solidaridad.
“Hemos
venido a Washington atendiendo las invitaciones que recibimos de
nuestros colegas parlamentarios que han tenido la firmeza, la valentía y
la coherencia ética de alzar la voz por los valores que compartimos, lo
cual no ha ocurrido con los Gobiernos de nuestro hemisferio”, explica
Machado durante una entrevista grabada para el programa del canal NTN24
Club de Prensa, que dirige Juan Carlos Iragorri, realizada conjuntamente
con EL PAÍS. La diputada señala que en estos encuentros, que incluyen a
la estrella emergente del Partido Republicano, Marco Rubio, “no se han
obtenido compromisos concretos” pero que se siente “satisfecha de las
posibilidades de acciones específicas que puedan surgir de esta
colaboración”.
Machado se lamenta de la falta
de solidaridad internacional ante la situación que se vive en su país.
“Ningún Gobierno de América Latina ha alzado su voz con firmeza y
claridad. El silencio de las democracias de esta región, como Chile,
Brasil, México o EE UU ensordece a los venezolanos”, subraya la diputada
venezolana, que echa de menos “mayor firmeza” por parte de la
Administración Obama ante el régimen de Maduro.
EE
UU no ha reconocido el resultado electoral oficial venezolano, pero
tampoco ha criticado de manera abierta la situación que se vive en ese
país, manteniendo la política de no confrontación, e incluso de
indiferencia, que las dos últimas Administraciones estadounidenses
mantuvieron frente a Hugo Chávez, una estrategia política que no
convence a Machado. “En algunos países ha existido la presunción de que
si actúan y alzan su voz puede ser contraproducente y dar lugar a una
reacción por parte de Venezuela en la línea de que se trata de un
intento de influir en la política interna de otros países. Pero en la
diplomacia de hoy en día ya no es posible confundir injerencia con
responsabilidad en materia de democracia”.
La
diputada opositora ha blandido en Washington la Carta Democrática
Interamericana, firmada por los miembros de la OEA que obliga a los
países signatarios a denunciar la violación de las prácticas
democráticas de los Estados de la región. “No hay duda de que Venezuela
ha incumplido la Carta, pero también lo han hecho el resto de los países
que no han velado por su compromiso de denunciar lo que ocurre en mi
país. Por mucho menos salieron todos corriendo por lo que ocurrió en
Paraguay [moción de censura al Gobierno de Fernando Lugo] u Honduras
[golpe de Estado en 2009]”. Jacobson puso en duda que apelar a la Carta
sea la vía más adecuada para "generar un diálogo" en Venezuela.
La
visita de la diputada a EE UU se produce en medio de una profunda
crisis de credibilidad del Gobierno de Maduro que, a la negativa de la
oposición a reconocer su victoria, suma el desabastecimiento de
productos básicos y una lucha interna dentro del chavismo. “Venezuela
está controlada por una triple crisis. La de legitimidad y la social y
económica que cada día se exacerba. Esto hace que el país sea
prácticamente ingobernable, producto de sus propios errores. Son ellos
quienes han destruido las instituciones y han minado la confianza en su
capacidad de gobernar”, indica Machado.
Ante
las disyuntivas que se plantean para enfrentar esta situación de
aparente desmoronamiento político, social y económico, Machado muestra
una obstinación por derrotar al chavismo por las vías exclusivamente
democráticas. “Nosotros exigimos y defendemos la vía institucional para
lograr que la verdad de la mayoría de los venezolanos se imponga y por
eso hemos agotado todas las instancias que existen. Tenemos un mandato
de la mayoría que votó el 14 de abril para exigir que su decisión se
respete. Eso se hace con la fuerza ciudadana, con la presión
institucional y buscando el apoyo de los demócratas del mundo”, defiende
la diputada.
La obsesión por derrotar al
chavismo no impide a Machado reconocer algunas de las virtudes que han
hecho que Maduro se mantenga en el poder. “Hemos subestimado la
complejidad del sistema de apoyos que están detrás del chavismo y de
Maduro. No estamos hablando sólo de Cuba, sino de intereses económicos y
negocios inconfesables que han hecho de Venezuela una gran oportunidad y
que ahora ven en un cambio de Gobierno un costo para sus operaciones,
Maduro ha mantenido alegres y bien alimentados a esos sectores, pero su
capacidad de chantaje se ha ido gastando”, advierte Machado.
La
oposición -partido electo para sus integrantes- piensa mantener su
estrategia de insistir en la falta de legitimidad del Gobierno de Maduro
en los próximos meses. “Entendemos la contienda que se presenta en los
siguientes comicios como parte del proceso político que se expresó en 14
de abril y que no podemos abandonar. Si el ciudadano que entonces votó y
se arriesgó cree que hemos pasado página puede sentirse abandonado. De
modo que vamos a seguir exigiendo que esa mayoría y esa verdad se hagan
realidad. La contienda que se avecina no es sólo de concejales y
alcaldes, es una lucha existencial”, asegura Machado.
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